Las granadas de mano defensivas producen gran cantidad de metralla que puede provocar heridas a distancias de hasta 200 metros. Sin embargo, la mayoría de la gente no puede lanzarlas más allá de 30-40 metros por lo que no pueden usarse si todas las tropas propias no están a cubierto en trincheras o búnkers. En cambio las granadas ofensivas no producen apenas metralla pero tampoco daños a distancias superiores a muy pocos metros.
La solución a este problema es dotar a las granadas de algún medio que permita enviarlas más lejos. Lo habitual es el uso de granadas de fusil, pero son pequeñas y necesitan de bocachas o largas rabizas para ser lanzadas.
Hay una opción intermedia, que se usó ampliamente durante la primera guerra mundial: dotar a una granada de mano ordinaria de un largo mango. Al aumentar así la longitud del brazo la granada puede llegar mucho más lejos. A cambio este mango las hace mucho más grandes y pesadas por lo que no son prácticas en frentes móviles.
A principios de la guerra civil se fundó en Madrid FERROBELLUM, un conjunto de pequeños talleres y fundiciones distribuidos por toda la España Republicana que se dedicaron a construir armas. Sus principales productos fueron una versión del lanzaminas alemán Granatenwerfer 1916, sus proyectiles y las granadas de mano de mango FERROBELLUM.
Vienen a ser una versión ofensiva de la granada de mango alemana Steilhandgranate 24: un mango de madera hueco, con un tapón en la base. Retirado este tapón, queda a la vista un cordón rematado por un anillo cerámico. Este cordón atraviesa todo el mango y llega hasta la base de la granada, donde está unido a un tirafrictor -básicamente un trozo de metal moleteado dentro de un pegote de fósforo formando una cerilla y su rascador- unido a la mecha que penetra en la granada en sí. Tirando del cordón, el tirafrictor roza el fósforo que se enciende y con él la mecha que inicia el retardo.
Acabó construyéndose en varios talleres y con diferencias menores de molde. Inicialmente el mango estaba unido a la granada a través de un manguito roscado de latón que contenía el mecanismo de ignición (como la del gráfico) El diseño se simplificó y la mayoría se hicieron con todo el metal de una sola pieza, sin partes de latón, y algunas llevaban grabada la estrella de 5 puntas emblema de Ferrobellum.
Sobre estas líneas, esquema de la granada de mango Ferrobellum según el libro "Apuntes para la escuela de ayudantes de artificiero" de 1940 y portada de la revista "Ferrobellum, órgano de la central metalúrgica" con una operaria cargando varias de estas granadas. |