Para el control de multitudes suelen emplearse varios tipos de granadas lacrimógenas.
Producen un gas irritante, que ataca las mucosas e incapacita temporalmente a quien se ve expuesto a él.
Originalmente eran botes parecidos a los de humo pero como los manifestantes podían devolverlos facilmente de una simple patada, en la actualidad la mayoría producen una pequeña explosión que dispersa varias subgranadas lo que dificulta su devolución.
Se utilizan varios agentes irritantes, algunos de los cuales se acabaron prohibiendo por ser excesivamente agresivos. |