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25 x 39 B ATK / 25x40 B ATK / ECRA-ECDV 25 039 TFC 010

Dentro de los diversos programas para dotar de más potencia de fuego a los infantes individuales, en los EE.UU. se desarrolló un nuevo tipo de lanzagranadas semiautomático portátil conjuntamente por Alliant Techsystems con la alemana Heckler & Koch, el XM25 CDTE.

Utiliza las granadas de 25x39 B (25x40 B según algunas fuentes) que fabrica ATK No son simples cartuchos con granadas convencionales. Aunque se fabrican varios tipos de granada (termobárica, antitanque, flechette, no letal...), el modo primario de operación para el que se diseñaron es "Air Burst System". Es decir, las granadas quedan montadas automáticamente a distancia de seguridad del tirador y siguiendo las indicaciones del telémetro laser del arma (o la distancia fijada manualmente) explotan en el aire sobre el blanco para maximizar la dispersión de metralla.

El modo en como la granada calcula la distancia es peculiar: el sensor interno simplemente cuenta las vueltas sobre si mismo del proyectil, que dependen únicamente del estriado del cañón.

No es un arma de largo alcance. El pequeño tamaño del cartucho sólo permite un alcance eficaz de unos 500 metros, algo más para fuego de saturación (sobre blancos extensos) y un límite operativo de apenas 1.000 metros

Este innovador sistema de armas fue entregado de forma experimental a tropas en Afganistán en 2010 y sus resultados fueron tan espectaculares que los soldados lo bautizaron como "Punisher" (El Castigador) Se encargaron unos cuantos más, y según parece todos los soldados que la probaban preferían tener al Punisher como arma principal a pesar de sus 6,4 Kg de peso y la limitación de depender de baterías.

El único problema de este sistema es que por ser experimental los cartuchos no se fabricaban todavía en serie... y costaban alrededor de 1.000 dólares cada uno.

En 2013, durante un entrenamiento, un arma se encasquilló explotando el cartucho -aunque no la granada, protegida con un efectivo sistema de seguridad- quedando el arma destruida y el soldado con heridas leves. Se certificó un periodo entre fallos de 5.900 disparos y se decidió incluir gran número de modificaciones al arma antes de su entrada en servicio. Siguen en ello, aunque según las previsiones originales en la primavera de 2016 debería pasar los tests definitivos para su entrada en servicio activo.

Se espera que la producción en serie reduzca el coste del arma a unos 35.000 dólares y el de cada cartucho a unos 55.